Sus propios familiares de la República de Yemen provocaron que se quemara viva, por el simple hecho de su fe Cristiana. Su esposo e hijos han huido del país.

Nazeera, una mujer de 33 años, iba a preparar la comida y vertió una botella de aceite en la sartén caliente, lo que originó una explosión que le provocó extensas quemaduras que le provocaron la muerte pese a ser ingresada en un hospital.
Su esposo, Saeed, se despertó al escuchar los gritos. De inmediato, corrió a la cocina y la escena que vio fue a su esposa envuelta en llamas, rodeada por sus cuatros hijos en un estado de histeria y pánico.
Poco después un pariente le dijo que su familia y la de ella habían reemplazado el aceite de cocina por gasolina. Saeed sabía la razón: desde hacía años, los dos se habían convertido al cristianismo y se negaron a volver al islam.
Poco después un pariente le dijo que su familia y la de ella habían reemplazado el aceite de cocina por gasolina. Saeed sabía la razón: desde hacía años, los dos se habían convertido al cristianismo y se negaron a volver al islam.
Ya antes de este atentado Saeed y su esposa habían decidido huir de sus familias y de Yemen, un país dominado por el fanatismo musulmán. Faltaban dos días para emprender su viaje cuando ocurrió la tragedia.
Cuando Saeed fue a la policía en busca de ayuda, los agentes le dijeron que trajera testigos que pudieran acreditar la supuesta conspiración. Pero sus hijos sólo vieron la explosión, y otros familiares de Saeed se negaron a declarar contra los presuntos conspiradores. "Nadie quiso testificar de lo ocurrido", dijo Saeed.
Saeed después del ataque, con sus cuatro hijos, huyó en secreto a otro país antes de que sus familiares volvieran a actuar, o intentaran arrebatarle a sus hijos.
A pesar de la tragedia, y desafiando sus sentimientos y la lógica, Saeed afirma que gracias a Dios y pese a la atrocidad ésta ha contribuido a "fortalecer nuestra fe y que El nos use más en su reino".
"Pedimos a la gente que ore por nosotros, ya que estamos solos en un nuevo lugar", dijo a Morning Star News. "Oren por mis hijos, ya que ahora soy su madre y su padre y su único amigo. Necesitamos oraciones para que Dios nos de fuerzas y una fe sólida. Quiero que la gente sepa que incluso aunque nos cortasen en pedazos, no vamos a negar ni dejar de seguir a Jesucristo".
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