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La crucifixión y la fiesta de la expiación
Lectura: San Juan 19:17-30
La similitud de la crucifixión y la fiesta judía de la expiación es abrumadora, así como ésta segunda (junto con la fiesta de la Pascua) es aquella que más significado profético guardan con respecto a la obra salvadora de Jesús.
El pueblo judío esperaba con ansias la fiesta de la expiación, que era donde todos sus pecados del año serían perdonados, por ello para muchos judíos ésta fiesta era la más importante del año. De esa misma manera en el sacrificio de Jesús, Dios descargaba toda su ira en Su Hijo, cumpliendo así las palabras del profeta Isaías (Isaías 53:6). La fiesta de la expiación se llama Yom Kippur en hebreo, y la palabra Kippur viene a significar "Aplacar, Reconciliar, Apaciguar, Perdonar...". El día del perdón era el único día en todo el año en el que el sacerdote podía entrar a la presencia de Dios a cumplir un proceso de purificación, para que la ofrenda fuese acepta ante los ojos de Dios, y así poder pedir perdón primero por sus pecados, los de su familia, y posteriormente por los de todo el pueblo. Asimismo, Jesús hizo todo el trabajo de la redención por sí mismo en soledad, de la misma manera que el sumo sacerdote debía hacerlo sólo en el altar. El sacerdote encargado de hacer el ritual de purificación en el día del perdón gozaba de un enorme privilegio pero también padecía un enorme riesgo, pues aquellos que no lo hacían de acuerdo a lo especificado por la Ley, eran consumidos por la presencia de Dios. Jesús, pudiendo librarse de aquello, cumplió todas y cada una de las profecías acerca de él, pero en cuanto a la fiesta; sólo el sumo sacerdote una vez al año y mediante un sacrificio de sangre que ofrecía por sí mismo y por los pecados del pueblo. La muerte de Cristo es el sacrificio suficiente único y para siempre.
Pastor Luiz Nunes.
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